miércoles, 30 de diciembre de 2009

Una mirada

Dicen que los ojos son el espejo del alma. Es decir que podemos develar hasta el más recóndito secreto con solo una mirada....
Si fuera tan fácil no necesitaríamos el habla, ni si quiera la boca. Sin embargo podemos entender los sentimientos, como la felicidad extrema o la infinita tristeza mirando de frente a las personas que conocemos, que amamos.
Los ojos nos dicen: SI, NO, GRACIAS, ME EQUIVOQUÉ, PERDÓN, PERDÓN....
Es curioso que a veces la boca diga lo contrario a lo que el corazón siente. Como si fueran entes totalmente individuales pero mutuamente necesarios. Son indispensables las mentiras piadosas, es fundamental una sonrisa en un momento de tensión, una caricia cuando hay más rencor que amor, una palabra de aliento cuando el caos es inminente, un te amo cuando el amor se perdió mucho tiempo atrás.
La boca puede mentir, pero los ojos no saben como. Son un reflejo, una imagen. Lo que realmente dicen, es la verdad absoluta.
Es más fácil mentir de forma impersonal que de frente. Es mejor alejarse con un mensaje y una llamada que viendo la tristeza desolando todo. Es mejor hablar de esperanza con la boca que con los gestos.
Mienten las personas, nosotros, los ojos no.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Felicidad ajena, felicidad propia

Es la sensación de sentirse bien. Ser feliz, aún cuando la felicidad sea ajena, es la virtud de la nobleza. Sentirse arriba cuando el horizonte es apenas tenue, pero los horizontes de los demás son claros, hermosos, luminosos, es la sensación de salir del cuerpo para convertirse en todos, multiplicándonos por cien, por mil.
La felicidad se comparte con los nuestros, pero es mágica cuando nos toca la de los demás.
El reencuentro, el comienzo, la finalización de una etapa, todo implica una mezcla de sensaciones que hay que saber orientarlas. Es hermoso el reencuentro, son increíbles las lágrimas, las caricias, los abrazos. Es hermoso el comienzo, lo nuevo, lo extraordinario, lo inexplorable, los horizontes extendidos. Es mágico el final, lo pasado, el ayer, el viejo yo, el niño durmiendo al fin.
Cada día es felicidad, cada día es una nueva oportunidad. No hay que dejar que las lágrimas tapen la luz del día. El sol sale siempre y si no funciona hoy, vuelve a salir mañana.
Todos los días, un nuevo día. Todos los días para enamorarse, para sentirse libre, para comenzar de nuevo. Comenzar de nuevo, de eso se trata. Agacharse y reconstruirlo todo con viejas herramientas, con las nuestras, las que siempre estuvieron.
No cabe duda que vale la pena intentarlo, una vez que estamos felices todo es posible.
Una vez que nos sentimos libres, es el momento de comenzar.
Creando lo que alguna vez tuvimos, lo que siempre intentamos o lo que nunca soñamos.
Y saber que todos los días sale el sol.

jueves, 10 de diciembre de 2009

¡¡¡Muchas visitas!!!

Hola a todos. Me pone contento ver que el blog tiene tantas visitas por día. No se si es porque yo le entro 1000 veces o porque ustedes se anotan. La cuestión es que sumamos y vamos por más. Para que haya mejor difusión, pueden comentar entre la gente, que hay un boludo en Córdoba que se dedica, además de robarle dinero al estado, a escribir notas cualquiera.
Y entonces en vez de ser uno solo...


Seamos un equipo...


¡Sumemos para ser más!


miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sobre la guerra

Cuenta la leyenda que una vez cayó al suelo un paquete semi abierto de unos copos esponjosos y sabrosos que la gente vulgarmente llama tutucas. Aunque nadie explicó con claridad el motivo de esta caída, se cree que se debió al descuido de un niño que, por la prisa de degustar tan exquisito y corriente manjar, olvidó sujetar con fuerza el paquete.
Ocurrió que unos instantes después, luego de algunos insultos y auto-regaños del niño, dos de las afortunadas tutucas, decidieron salir de su prisión de nailon y festejar la dicha de estar vivas y no ser alimento en el interior de un desconocido.
Entonces se pusieron a decidir que juego era el ideal para festejar y divertirse, y llegaron a la conclusión de que la guerra era un juego entretenido, de hombres (las tutucas se auto definían como machos de su especie) y que tenía un poco de riesgo debido a las posibles balas imaginarias y además también se necesitaba algo de valor.
Cuando llegaron al acuerdo, una de ellas decidió representar a la paz, es decir al "clan de los buenos". La otra, para no ser menos, también eligió este bando. Pero ocurre que al minuto de comenzar el juego, notaron que nada tenía de divertido ser dos aliados luchando contra el aire, por lo que uno de ellos debía ser el malo.
Si bien la decisión llevó más tiempo del que les hubiera gustado, la tutuca menos esponjosa eligió ser del "bando de los malos".
Para que el juego tuviera más emoción, eligió esconderse en algún lugar estratégico que le permitiera observar a la otra tutuca en todos sus movimientos. Entonces salió corriendo y observó que había un niño acostado en el pasto durmiendo una siesta. Ante la desesperación de ser descubierta no tuvo mejor idea que esconderse dentro de la oreja del niño y con mucha mala suerte, de tanto correr hacia adentro, llegó al cerebro.
La otra tutuca, que no le había perdido el rastro, corrió detrás de ella. Pero justo antes de entrar en la oreja observó, tirada en el pasto, la tirita roja del abre-fácil del paquete desde el cual las dos provenían. Sin dudarlo un segundo, se ató la tirita a la frente y una extraña sensación la invadió. Ella misma se recordó a Rambo.
Entonces, con más valor aún, entró con toda furia al oído del pobre niño dormido.
Y desde ahí se escuchaban los tiros ficticios y las granadas que nunca existieron. Y desde entonces se dice que ese niño tiene, en la cabeza, dos tutucas jugando al Rambo...

martes, 8 de diciembre de 2009

Infinita tristeza

Dicen que la felicidad es inversamente proporcional a la inteligencia. Incluso debe haber más de una tabla con gráficos que lo representen. ¿Qué razón tienen estas palabras?¿Es una curiosa frase al azar, con perfecta sincronía y elocuente sonancia?. Lo dudo. Lo curioso de ello es que solo las personas inteligentes son capaces de comprenderla. Por lo que no está disponible para todos. Podemos decir que es una frase discriminativa, aunque eso lo dirían los ignorantes, la gente más feliz al fin y al cabo.
Creo que la inteligencia domina a la ignorancia pero que el dolor se impone por sobre todo. Que bello poder ser feliz ignorando los irrecuperables sucesos de la vida y el inclemente paso del tiempo. Se entiende que los animales no tienen conocimientos sobre su defunción. Es decir, que no saben que van morir algún día. Eso les permite vivir plenamente, viviendo sin conocer lo que va a acontecer mañana, permite que nos olvidemos del futuro, que no seamos capaces de sufrir por lo que algún día vamos a ser o por la persona en la que nos vamos a convertir.
El tiempo es inclemente, la prisión que nosotros nos creamos también. Una persona muy sabia dijo que nos enamoramos más del deseo que de lo que realmente deseamos. Una vez que ese deseo desaparece, ya ni siquiera estamos cómodos con lo que tenemos.
Las fantasías son solo eso, fantasías. Cuando cumplimos una, nos damos cuenta de que en realidad no era como esperábamos, el sueño era mayor y el deseo engañoso.
A veces nos sentimos desilucionados, la vida trae consigo muchas desiluciones. Los sueños viejos vuelven a surgir, el corazón roto no puede sanar y la inteligencia que no nos permite ser felices. Una persona completa, sin ninguna carencia, inteligente, formada, informada, bella, lista para el mundo. Es solo una persona en el mundo, en la frivolidad de la vida. El otro, el que nada tiene, el que nada puede, siente la misma sensación de vacío y soledad.
Uno y el universo, eso somos. Uno y el universo, ya lo dijo Sabato...

sábado, 28 de noviembre de 2009

Una serie de eventos desafortunados

Él se levantó esa mañana estando completamente seguro de lo que iba a hacer. Lo soñó muchas veces, lo ideó en los ratos libres, lo sabía desde hacía mucho tiempo. Sabía también que no iba a ser fácil, la interrupción del mundo no es sencilla, menos para uno y mucho menos para los demás. Pero también sabía que solo somos polvo y arena, polvo y nada más. La vida existió mucho antes que nosotros y el mundo no va detenerse por nuestra ausencia.
El miedo lo paralizaba y le hacía dudar. Era más fácil seguir fingiendo que hacerse cargo de su vida. Sabía también que nadie le obligó a elegir esa vida, de eso estaba seguro, sin embargo ya no la quería. Era cosa del pasado, aunque todavía fuera suya. No podía nutrirse de recuerdos agradables ni de lo que podría haber sido. Es lo que siempre fue y si no, es lo que es.
Al menos hoy estaba seguro. No sabía que iba a acontecer mañana, pero ya no le importaba.
Tomó aliento y se dirigió hacia ella, hacia la mejor persona que existía sobre la tierra. La miró de frente y pudo contemplar su magnificencia. El Dios en la tierra, Dios en una persona. Todo estaba ahí, pero él sabía que ya no lo quería, el sueño de libertad era mayor.
Lamentablemente Dios era suyo también, ella era de él y él también de ella.
La miró firme y le dijo que se iba, que la vida ya no era vida, que los sueños no existían y que el amor, esa antorcha eterna en los enamorados, ya no tenía poder para calentar el alma.
Sin embargo, ella ya lo sabía. La correspondencia era mutua. Dos personas contra el mundo, aunque una de ellas fuera Dios, son solo dos. Y si el tiempo se encapricha, esos dos pasan a ser uno. Y ese uno sabe, igual que un niño, cuando se termina el sueño, cuando es hora de despertar.

En ese momento, las palabras sobraban. Él estaba seguro de que ella no lo oía. Estaba perdida aceptando lo que ambos sabían desde mucho tiempo atrás.
A él no le cayó ni una lágrima, pero el alma le tembló y el corazón se le detuvo, por un breve instante, pero se le detuvo al fin.
Cuando ella le dio la espalda, él trató de consolarla tocándole el hombro. Ella se apartó en un rápido y breve movimiento. Fue entonces cuando él se dio cuenta de que esos hombros ya no eran suyos, esa figura ya no le pertenecía, esos pechos ya no le correspondían.
Y ya había cruzado la barrera, el punto entre la costa y el infinito. La zona sin retorno.
Y ahí comprendió, no sin pesar, que el refugio cálido del cuerpo de ella, la mirada brillante y las palabras dulces que a veces le regalaba ya no serían suyas nunca más...

jueves, 19 de noviembre de 2009

Es como sentirse libre

¿Cuál es el sabor de la libertad? ¿Qué es ser libre?
Según el diccionario, es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Creo que la clave está en la palabra responsable. Responsable de sus actos.
¿De verdad que cuando hay una responsabilidad de por medio nos sentimos libres?
Creo que la libertad es la capacidad de elegir, todos los días, cada hora, cada segundo, lo que uno desea hacer. Lo que de verdad deseamos. ¿Nos convence lo que hacemos?¿Nos agrada lo que somos?¿Estamos conformes con la persona en la que nos convertimos?¿Nos hacemos responsables de nuestros actos, de nuestras decisiones, de la virtud de ser libres?
Poder respirar todos los días el aire de la vida y gritar que vale la pena vivir, que nos sentimos felices, que somos la persona que soñamos ser...
Sin embargo creo que nunca somos quien deseamos ser, ni estamos conformes con quienes nos rodean, ni con nuestros amigos ni enemigos, ni con las personas que amamos ni con las que nos rompieron el corazón alguna vez.
Hay que tener en cuenta que la libertad no es solo nuestra, sino de todo el mundo. No nos pertenece, ya que es un beneficio que nos ganamos y tenemos que cuidar.
La libertad es el sueño de los presos, el deseo de los esclavos, la añoranza de los maridos, la curiosidad de los niños, la responsabilidad de los gobernantes, el temor de las mujeres adultas...
Nos creemos libres cuando nos sentimos vivos, y en ese momento es cuando nos olvidamos del privilegio de nuestra libertad y de la de los demás. Y es en ese momento cuando dejamos de ser responsables y es en ese momento cuando caminamos al borde del abismo, sin darnos cuenta de que, a veces, el abismo es más profundo de lo que parece.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Un boomerang

Dicen que la vida es un boomerang. Creo que significa que todo lo que va, vuelve alguna vez.
Yo no estoy tan seguro de eso. Hay cosas que van y vienen, otras que van solamente y otras que únicamente vienen. La vida se va, el tiempo se va, los días vienen (aunque en general también se van), el amor va y viene (más va que viene, pero para ir, primero tuvo que venir, ¿no?), el mal que hacemos siempre vuelve, siempre. Lo bueno a veces también, y eso hace que todo valga la pena.
¿Cuánto tiempo demora en volver lo lindo que pasó? ¿Cuánto tiempo le toma a la vida darse cuenta?¿Cuánto tenemos que esperar ese bendito: SI?. Ahh, es difícil manejarlo todo. Y a veces, cuando el control es nuestro, nos aburrimos y deseamos con el alma dejarlo libre.
Podemos controlar la ida, pero nos vuelve locos la vuelta. El tiempo, ese que no vuelve, es el que nos condena a la espera. ¿Qué esperamos? Dicen que esperamos que el tiempo pase. Jajaja. Eso no tiene ningún sentido, ni de una ni de otra forma. Lo que en verdad esperamos es que los acontecimientos sucedan, que las cosas pasen, no el tiempo. La vida se mide en sucesos, en eventos, en esos momentos que nos dejan sin aliento, en los que un segundo se hace eterno, no en años ni décadas.
Hay algunos que vivieron mucho, que la vida les devolvió lo que dieron. Hay otros que no tuvieron tiempo, ya que un arrebato del destino los dejó sin esencia, sin vida.
También estamos los otros, los que no nos quedamos quietos esperando que las cosas sucedan, a los que el tiempo no nos intimida, pero si nos mantiene alerta. Estamos y estaremos. Esperamos que la vida nos devuelva la sonrisa y mientras tanto, le seguimos regalando una...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Como para subir algo

Algunas fotos curiosas que me gustaron mucho. Ja.







sábado, 31 de octubre de 2009

El camino

Y entonces les dijo a sus discípulos: -Siganme-
Y ellos sin saber que hacer respondieron: -Pero Señor, ¿cómo nos pide que lo sigamos, si ni siquiera usted sabe adonde va?-
Y él les respondió: - Es cierto que no tengo un destino ni una orientación, ¿pero quién de ustedes se atreve a afirmar, con toda seguridad, que conoce los infinitos caminos de la vida y los inexplicables caprichos de los astros? -
Casi de inmediato, pero con muchas dudas y temores, los discípulos comenzaron a marchar.
Y fueron cientos, miles, muchos... Y el viaje duró años, tal vez siglos. Para algunos, los de vida eterna, duró un período completo del universo. Estos últimos fueron los que más aprendieron, los que más tiempo tuvieron. Otros solo marcharon, despacio, siguiendo. Pero también llegaron, al fin llegaron. Solo algunos, avisados de antemano, que se atrevieron a desafiar lo que decía el destino y los consejos de las miles de bocas que se abrían continuamente advirtiendo, y los ojos llenos de lágrimas que se desvivían por indicar el error, son los que nunca llegaron. Ellos, se perdieron entre los miles y miles de caminos que la vida nos presenta. Y, aunque muchos mentían y desmentían, nunca llegaron a ser felices, estuvieron vivos de a ratos, disfrutando de su falta de responsabilidad, pero nunca lograron la completitud. Vivieron eternamente, si. ¿Pero también en el infierno no se vive eternamente? ¿sometidos a las más terribles torturas y recuerdos?.
Y los otros siguieron sin mirar atrás. Nadie sabe bien porque, pero el maestro rápidamente se convirtió en uno de ellos y nadie más tuvo que consultar nada, todos marcharon juntos y, aunque algunos pocos conocían el camino, casi todos llegaron. Excepto estos últimos, van a estar por siempre, por siempre, en la memoria de los que les advertimos: "La felicidad no es para todos, no la trae el viento ni la riega la lluvia, es un privilegio que se construye y se mantiene. Y si no se cuida, se deteriora. Y si no se cuida, se derrumba. Y lo que rompen los vientos eternos, nunca más puede volver a construirse"

martes, 27 de octubre de 2009

Una luz entre las sombras

Hay veces en que todas las linternas del mundo no alcanzan. Simplemente la oscuridad es tan cerrada que ni los ojos más agudos podrían detectar una ínfima parte del relieve del camino. No hay luces, no hay ojos, ni todos los amigos del mundo son capaces de encender la mecha. No alcanza palabra ni caricia que logre curar el alma ni apagar el incendio que nunca produjo calor. El tiempo... el tiempo... que es poco, que no alcanza...
La luz está, solo hay que correr el paño que la obstruye. Hay que animarse, pero solo cuando se está list@. Ojo, nadie te avisa, pero de a poco te vas a dar cuenta cuando sea el momento. Ahh, es para volverse loc@. Va y viene, te animás y te da mucho miedo, decís que si y luego lo pensás. ¿Cuanto tiempo lleva? De a poco aprendemos. Nadie nació sabiendo caminar, nadie nació sabiendo que nos íbamos a enamorar, nadie predijo como acabará la vida ni cuantas veces vamos a tener el corazón roto. El tiempo, que es poco, que no alcanza.
¿Cuanto más?...
Es como que todas las notas revelan dolor, como que el amor, en el que nunca creí, me está haciendo mucha falta. No más notas como esta. Todo termina alguna vez...

sábado, 24 de octubre de 2009

Es como cuando uno extraña

Hay cosas que, por más feas que sean y diferentes a nosotros, nos permiten ser. Y no solo eso, nos obligan a ser, a comportarnos como debemos, a definir una identidad. ¿Qué sería de Sherlock Holmes sin Watson? ¿O de Batman sin El Guasón?. Es difícil decirlo. Batman necesita enemigos, sino nadie acudiría a él y pocos se acordarían del súper héroe. Lo mismo pasa con nuestro amigo detective, sin su seguidor y discípulo Watson, nunca se podrían haber narrado las fantásticas historias y los increíbles casos resueltos.
Bueno, la cuestión es que si nos quedamos sin nuestra compañía, sin lo que nos obliga a ser diferentes, sin lo que nos mantiene ocupados y con los ojos abiertos, ya no somos. Es como que perdemos la identidad, como que tenemos que replantearnos cada cosa de nuevo. Es como cuando extrañamos... Todo tiene su sentido, el chico que nos asustaba en el secundario, la profe mala, los compañeros de fútbol, las tardes perdidas, las personas amadas, los besos furtivos, el sexo en lugares locos. Todo lo que nos convirtió en lo que somos, lo que nos marca todos los días desde algún lugar lejano. Es como que se extraña un poco, por más raro que parezca, por más que nadie lo diga. Lo que hacemos hoy, es un recuerdo mañana. Lo que hacemos hoy, nos marca de por vida, sea o no una tarde perdida, sea o no un día mágico. Todo lo vamos a extrañar mañana... O tal vez hoy mismo...

martes, 13 de octubre de 2009

Dicen que es sobre un color

Al final es el mismo color. Los cachetes, el cuello, ¡la piel!, el amor, las flores mas lindas... Y a todos nos causa ternura. Es de los bebés también. ¿Cómo no descubrirlo de nuevo en cada persona? ¿Cómo no extrañarlo?. Ahh, es un símbolo de sutileza y delicadeza. ¿Si yo lo tengo? Mmm, no creo, solo es de algunos privilegiados y no me creo encontrar entre ellos. Pero lo veo y lo siento, es suave y tierno y causa mucha melancolía a veces. ¿Para que escribir sobre un color, si al final son todos lo mismo?. Es lo que le da sabor a la vida, lo que nos enseña el mundo y el medio por el cual lo descubrimos. ¿Hay feos?. No creo, todos tienen lo suyo. Este es curiosamente particular, puedo citar muchas cosas, pero me las guardo para mi imaginación y mis recuerdos. Me baño en ellos y me refrescan. Pero a veces, cada vez con más frecuencia, un recuerdo de un tiempo pasado es ofuscado con uno reciente, que me reconforta y me muestra su color. Es siempre el mismo, aunque de diferentes tonos. Y eso si, no hay tono igual. ¿Para que escribir sobre un color? Cada uno tiene el suyo y descubre el de los demás. Yo no quiero escribir. Ya no.

sábado, 10 de octubre de 2009

Desde la llama, no las cenizas

Dicen que el Ave Fénix renació de las cenizas. Pero no solo eso, dicen que cada 500 años volvía a morir consumida por el fuego, para luego renacer con toda su gloria. ¿Que necesidad hay de morir y volver a nacer? Mmm, no creo que a nuestra pobre ave le gustara morir. La muerte era un suceso que ocurría sin consentimiento y la arrastraba a la nada, a la muerte. Pero afortunadamente la vida del Ave Fénix era cíclica (igual que la nuestra) para permitirle volver y volver, nacer y equivocarse de nuevo, morir, resucitar, equivocarse y vivir nuevamente. Yo creo que cada uno de nosotros es un Ave. La muerte en vida (única con sentido, la otra es definitiva) nos permite resucitar con nuevas oportunidades, con opciones diferentes, con deseos cambiados. A veces es necesario morir para darse cuenta. ¿Cuantas veces tendré que morir para ser siempre yo? Ya lo dijo alguien, ya lo sintió alguien, ahora lo comprenden otros. Somos como el Ave, tenemos oportunidades, pero no 500 años, hay que tratar de no equivocarse tanto antes de morir de nuevo.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Ensayo sobre el desgaste

En general, cuando las cosas se rompen, tenemos dos soluciones posibles: o las arreglamos o las cambiamos. Las opciones no son muchas, una u otra. Es secundario si el cambio es positivo o negativo, cosas circunstanciales. Pero, se nos rompe el control remoto y lo llevamos al técnico o lo tiramos a la mierda (otra vez las malas palabras, ¿malas?) y compramos otro nuevo, que nos hace gastar mucho y no siempre funciona (cambio para mal), sin embargo por ahí tenemos suerte y la pegamos (entiéndase cambio para bien). Ahora, ¿que pasa cuando las cosas se desgastan? Eso es complicado. Cuando las cosas se desgastan, lo único posibles es el cambio. Si, entiendo, uno dice, bueno está desgastada, le hacemos mantenimiento para que dure un poquito más. Si el mantenimiento está bien hecho, la vida útil se prolonga un tiempo considerado (a veces en un error grave). Sin embargo, tarde o temprano, el cambio es inminente porque ese desgaste puede llegar a ocasionar un suceso de magnitudes atroces y con ello producir la rotura del todo, un daño permanente o una herida a la que le cuesta la vida o un poco más el cicatrizar.
Si bien la falta de experiencia muchas veces nos hace intentar tapar el hueco de una represa con un chicle de frutilla (o cualquier sabor, es indistinto) masticado, desde un comienzo sabemos que esa solución temporal pronto va a desencadenar en una grieta y finalmente en un océano de agua que nos aplasta y comprime. Y si tenemos la capacidad de sobrevivir, la percepción del todo ya no es la misma.
Más de una vez me aplastó el océano, mejor dejar de remendar con chicle el hueco que hice (¿se hizo?, ¿Alguien hizo?) con un pico...

viernes, 4 de septiembre de 2009

¿Existen?

Se dice que los duendes y los gnomos (¿suena ñomos o nomos?) no existen, yo puedo probar que están equivocados! Ojo, tapoco puedo probar que existen, es... como algo raro... Supongamos que decimos que no. Bueno, no existen, ¿pero como lo justificamos? Es casi como el amor, el odio o incluso el miedo. ¿Como sabemos que el amor existe? Jaja, si, si, entiendo. Cualquiera que lo haya sentido afirma y justifica esa sensación. Es algo que solo existe cuando alguien lo siente, igual que el sonido de la rama al romperse del árbol en medio del bosque. Todos saben de que hablo así que no lo vamos a discutir. ¿Y el miedo? Lo vemos en la cara, solo de la gente que lo siente, ¿pero existe? Y... si... ¿Y los duendes? ¡Hay gente que los ve! Incluso algunos tienen relaciones periódicas, incluso relaciones sexuales! (Mmm... quiero un duende...) ¿Entonces? (Me llegó gente, mañana sigo)

jueves, 20 de agosto de 2009

Es así

Siempre creí que todo se puede arreglar excepto la muerte. Es decir, siempre sostuve que si uno tiene un problema, por más complicado que fuera, existe una solución. Por eso digo que la muerte no, porque todavía nadie pudo hacer revivir a un muerto (Se que en la iglesia universal lo intentaron, pero como dice crónica tv: NO PUDIERON -http://www.taringa.net/posts/imagenes/1135034/Cronica-TV-en-Taringa.html-). Sin embargo, luego de salir a la calle un poquito y vivir otro, me di cuenta de que estaba equivocado. Hay cosas que por más que uno quiera, no se pueden arreglar. Por ejemplo, hay enfermedades que una vez que uno se las contagia, tenemos que convivir con ellas para siempre y es imposible (hasta ahora) expulsarlas de nuestro cuerpo. Se puede convivir con la enfermedad, incluso hasta aceptarla como parte de nosotros, pero al primer tropezón, ¡pum!, vuelve a aparecer y nos deja débiles y nos convierte nuevamente en enfermos.
Pero no solo pasa con las enfermedades, sino también con todos y en todos los ámbitos de la vida.
Entonces, ¿cual es el mejor remedio? Ya se, en vez de contagiarnos, dejemos que la enfermedad siga su curso, que no nos toque. La enfermedad existe en potencia, pero los riesgos se minimizan.
La vida es muy hermosa para vivir enfermo. Mejor no me contagio, se lo dejo a otro!

viernes, 7 de agosto de 2009

Risas en el tren

Es un video agradable, vale la pena verlo.
Hace poco me contaron la historia de un sabio. Dicen que esta persona tenía en la muñeca un brazalete con una inscripción. La misma decía: "Todo pasa".
Y, de vez en cuando, corría la manga de su camisa y lo leía...

miércoles, 5 de agosto de 2009

¡Se hizo de noche!

Resulta que un día se hizo de noche. No me pregunten como, ni por que, solo se que el sol se escondió (igual, ¿no pasa todos los días?) entonces me di cuenta que de noche, sin linterna es difícil ver. Mmm, ¿compro una linterna? Naa, de noche las linternas son caras y difíciles de conseguir. Son... digamos... como los paraguas que se compran en la peatonal (¿te das cuenta?). Si hay sol, valen 10 pesos, si está nublado 15 y si llueve 20. Ahh, claro, ¡el negocio! (shh, que no se den cuenta...).

Resulta que sin linterna no vemos nada (menos yo que uso anteojos), sin embargo la esperanza de que el sol salga de nuevo no se pierde (¿es verdad que lo último que se pierde es la esperanza?). Entonces ciego, vagando, la noche me aplaca, las luces que quedan no revelan nada, los lentes no me sirven. Camino, camino y la noche más oscura. ¿Entonces? ¿Espero? Mmm, un poquito si, el sol tiene que salir en algún momento. Y... luego de un rato... bueno, una luz se ve. ¿Luz en la oscuridad? Si sí, en la terrible frialdad (sinónimo de oscuridad) de la noche. Pero es invierno, ¿como puede haber una luz tan temprano? No, no, no es temprano !pasó mucho tiempo! Naa, ¿tanto así? Si sí. ¿Como puede durar tanto la noche? Mmm, no se, esas cosas no las se, solo soy un hombre, más vulnerable de lo que creía, pero un hombre al fin. Y bueno, la luz ilumina poco, pero es la única que hay, seguro que en cualquier momento sale el sol. ¿Pero es de esos soles que solo iluminan, o de los que reconfortan el alma? Ni se la verdad, es sol es el sol.
¿Y que hago? Y... por las dudas me acerco a la luz, ¿quien dijo que esa luz no es el sol que se asoma? Se ve chiquito al principio, pero seguro crece como todos los días y la oscuridad ya deja de asustar.
Bueno, estoy seguro de que así va a ser. ¿Y por donde sale el sol? Siempre por el este. Si, claro, ¿pero cual este? Y... el este es el este.
Ahh... y de pronto, todo se volverá amarillo, luego blanco, luego luz y calor, ¡y las flores aparecerán!. Floreceré y las cosas florecerán a mi lado. Pero la sombra de la oscuridad siempre estará latente. Y nosotros, los de entonces, ya no seremos los mismos...

jueves, 30 de julio de 2009

Y mi brújula?

Cuando era chico tenía una brújula, nunca supe muy bien como usarla (aunque si como funcionaba). Todos dicen que es fácil de explicar, yo creo que lo dicen porque es un invento tan antiguo que todos lo dan por entendido. Sin embargo, además de la magia que esconde, creo que la forma de usarla depende de cada uno... Por ejemplo, a mí nunca me sirvió, ya que veía que la flechita marcaba siempre el mismo punto aunque ese punto terminara en el tapial del vecino. Que había más allá? Patio, si, pero más allá? Es una pregunta curiosa. La respuesta es múltiple, la pregunta una sola.
Yo sabía que me estaba marcando, solo que no sabía como llegar.
En el interior todos tenemos una brújula, no siempre marca el norte (por lo menos la mía no) pero tiene una dirección fija y es difícil desviarse. Sin embargo, a veces ocurren acontecimientos tan poderosos, que pueden llegar a cambiar los polos e incluso a hacernos perder el rumbo. Tan duro puede llegar a ser, que a veces podemos perder incluso la brújula (y esto aunque sea solo por un momento). Es entonces cuando nos damos cuenta de la necesidad de sentirnos ubicados, de encontrarnos, de no perdernos.
El solo hecho de desorientarnos nos lleva a tener miedo, a creernos en las tinieblas, a la necesidad de encontrar una salida rápida (muchas veces equivocada) que posiblemente determine el rumbo de lo que nos resta de vida.
Por que hacemos lo que hacemos? Por que nos comportamos como tontos a veces? Por que por un simple impulso (necesario a veces) somos capaces de exterminar un futuro casi sellado?
Ahh, claro, claro. ¡Es así la vida! Jaja, la vida... La variedad de la vida, la que compartimos todos. Necesidades? Si si, eso es lo que tratamos de saciar. Y la estúpida brújula que se vuelve a perder. La increíble necesidad de sentirnos libres, sin brújula, sin guía. Y acá estamos, vivos todavía.
Ojo, es fácil perder el rumbo, es difícil no alocarse.
Hoy perdí mi brújula. Hoy no se que hay detrás del tapial de mi vecino, hoy me asombra la libertad y sin embargo me atemoriza la sensación de que el mundo es más pequeño de lo que creía.
Libre, con miedo, sin brújula, las notas ya no son las mismas.

Acerquese!!! Acerquese!!!

Un aviso importantísimo: No te olvides de leer las notas anteriores a las de esta página. Como hacer? Fácil, vas al final de la página y tocás adonde dice Entradas Antiguas o algo por el estilo. Están buenas!!!

El retorno

Hola gente linda! Estoy de regreso con buenas nuevas (mejor digamos solamente con nuevas...) para el deleite (mmm...) de todos ustedes. Es un poema, nada más...


Un día triste
-
Tristes corazones
auténticos decadentes
lloran sin que nadie los consuele
gritan aunque nadie los oye
y se desangran en medio de la soledad,
para que tanto dolor?
para que tanta pena?
si al final solo es polvo y arena
polvo y nada mas.
-
Me miras a la cara
y pides lo que no puedo dar,
lo que no quiero dar,
veo en tus ojos
el espejo de tu alma
la triste desilusión
tu pena cubierta de engaño
y el tiempo pasa…
Solo pasa.
-
Vale la pena?
vale la pena vivir?
que consuelo tenemos?
corazones desconsolados
de a poco se marchitan
mientras el mundo sigue girando.
Nada soy, nada tengo
solo espero
y el tiempo pasa.
-
Perdido hoy
con frío y tristeza
te llamo y no me oyes
te grito en silencio,
solo espero
y solo me muero.