jueves, 19 de noviembre de 2009

Es como sentirse libre

¿Cuál es el sabor de la libertad? ¿Qué es ser libre?
Según el diccionario, es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Creo que la clave está en la palabra responsable. Responsable de sus actos.
¿De verdad que cuando hay una responsabilidad de por medio nos sentimos libres?
Creo que la libertad es la capacidad de elegir, todos los días, cada hora, cada segundo, lo que uno desea hacer. Lo que de verdad deseamos. ¿Nos convence lo que hacemos?¿Nos agrada lo que somos?¿Estamos conformes con la persona en la que nos convertimos?¿Nos hacemos responsables de nuestros actos, de nuestras decisiones, de la virtud de ser libres?
Poder respirar todos los días el aire de la vida y gritar que vale la pena vivir, que nos sentimos felices, que somos la persona que soñamos ser...
Sin embargo creo que nunca somos quien deseamos ser, ni estamos conformes con quienes nos rodean, ni con nuestros amigos ni enemigos, ni con las personas que amamos ni con las que nos rompieron el corazón alguna vez.
Hay que tener en cuenta que la libertad no es solo nuestra, sino de todo el mundo. No nos pertenece, ya que es un beneficio que nos ganamos y tenemos que cuidar.
La libertad es el sueño de los presos, el deseo de los esclavos, la añoranza de los maridos, la curiosidad de los niños, la responsabilidad de los gobernantes, el temor de las mujeres adultas...
Nos creemos libres cuando nos sentimos vivos, y en ese momento es cuando nos olvidamos del privilegio de nuestra libertad y de la de los demás. Y es en ese momento cuando dejamos de ser responsables y es en ese momento cuando caminamos al borde del abismo, sin darnos cuenta de que, a veces, el abismo es más profundo de lo que parece.

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