sábado, 15 de diciembre de 2007

Boludos... si los hay

Hace un tiempo, digamos dos meses, estuve paseando por Recoleta. A decir verdad, es un barrio hermoso, tiene un shopping espectacular y un parque que está abuso ( ¿puedo escribir abuso tal que todo el mundo entienda que es lo que quiero decir?), en fin, todo lindo. Pero lo curioso de este barrio es que en el medio, tiene un cementerio y no un antiguo cementerio Inca, un cementerio común y corriente, bah, no tan común, las personalidades que está enterradas ahí, no son cualquiera. Basta con citar algunas, por ejemplo Sarmiento, Alem, Lanús, Yrigoyen, Evita, Saavedra y otros menos afortunados... ¿Y a que viene el título de esta nota? Es así: cuando estuve visitando el barrio, también entré al cementerio, pero se había echo de noche, eran mas o menos las 20 horas y nos dijeron que salgamos. Cuando estábamos afuera vimos a un grupo de pendejos, bah, deben haber tenido entre 18 y 24 años, no más, todos vestidos de negro, bien bien "dark" paseando por el cementerio con velas rojas. Se hacían los que iban en procesión, o algo así. Yo, cuando los vi, no pude contenerme la risa y sentir un poco de pena por ellos, ¡que manga de pelotudos! Eran como diez, uno mas cabeza que el otro (había minas también) y se paseaban haciendo boludeces, se hacían los que hablaban con los muertos, o algo así. Capaz se creían rebeldes o pesados, no se. La cuestión que a mi me daban ganas de decirles: "chicos vayan a su casa a tomar la leche o pónganse a hacer algo, estudien o jueguen a la compu"... ¡Que manga de cabezas!

Y ahora ustedes se preguntarán, por que escribo cosas como esta, ¡Porque se me agotaron las ideas y el tiempo es tirano!... Amen...

viernes, 7 de diciembre de 2007

Vivir por vivir

Hasta hace un tiempo no podía comprenderlo, si bien ahora apenas lo estoy vislumbrando, todo se esclarece de a poco... Lo que no entendía era lo siguiente: ¿Como algunas personas que gozan de buena salud, de inteligencia, de buenas costumbres, de amistad y muchos otros placeres y necesidades terrenales de las cuales no siempre es posible disponer, hagan de su vida, un cotidiano hoy y un mañana incierto? ¿Que es lo que los motiva a no pensar en lo que viene, o en apreciar el beneficio de estar vivo y saludable? Pero, luego de romperme la cabeza para tratar de entenderlo, busqué otra solución alternativa: los valores que le han inculcado en la vida, tal vez no sean los mismos que a mi y las experiencias que han podido adquirir, tal vez hagan que no les importe manipular el día a día para poder esperar un futuro próspero y feliz. Sino, ¿como alguno de ustedes se explican que un islamista extremo trate a su mujer como trata al perro del vecino?¿O porque algunas personas están de acuerdo a que las humillen todo el tiempo y no se quejen de ello y, tal vez, sean felices así? Yo no puedo explicarlo. Busqué y busqué en mi, algún indicio que me diga: "¡Se debe a esta causa! ¿como no te diste cuenta?", pero no encontré y ¿por qué?, sencillo (creo...), porque los valores morales y la interpretación de los derechos y obligaciones mias y del prójimo, son diferentes a las que les han inculcado a ellos. Es más fácil entender al otro si pensamos que no debemos cambiar su forma de ser y respetamos sus creencias y formas de vida. Aunque sea tan difícil y exasperante... De todas formas, mientras a vos te parezca que estas haciendo bien las cosas y sos feliz así. ¡Dichoso! La vida es para ser feliz...

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Egoísmo

¡Que lindo sería poder elegir que día morirnos! Pero... ¿alguien está lo suficientemente seguro de cuando elegir? Creo, que no. Por más que un suicida parezca valiente al tomar una decisión como esa, es, en ese momento la persona más cobarde y egoísta que existe. ¿Adonde vamos de acá? Pocos saben... ¡nadie! diría yo. Por lo tanto el que se va con una justificación, deja a los que se quedan (y, tal vez, lo lloran...) los mismos problemas de los que él ha escapado. Triste... si...
Esa creencia que tenemos que nos hace sentir dueños de nuestra propia vida es la idea más egoísta y falaz que podemos tener. Somos individuos, con eso interpretamos que somos uno solo y por lo tanto dueños. Sin embargo, nos estamos solos, somos parte de algo que, sin nosotros, no sería lo mismo. ¿Qué es un diamante de mil quilates perfectamente angulado y pulido en medio del espacio desierto? ¡Nada! No deja de ser un diamante, ojo. Pero en ese lugar no es más que una piedra, igual que la que gira al rededor de cualquier planeta y, de vez en cuando, se desprende y choca contra alguna luna. Que triste sentirnos dueños de lo que somos parte... Lo que valoramos no es la vida misma, sino lo que hace que ésta tenga sentido. Cuando decidimos irnos es porque ya nada se justifica. ¡Qué error si nos equivocamos por un simple impulso! ¡Que cobardes seríamos! ¿Quién no sintió en algún momento de su vida muchas ganas de estar muerto? Pero... si estás leyendo esto, significa que solo fue un pensamiento absurdo. Nada tiene más valor que la vida misma, ni si quiera el amor. Después de ésto no hay nada. Acá estamos, sintiéndonos dueños. Tal vez pensando, tal vez eligiendo. Que egoístas somos...