sábado, 19 de diciembre de 2009

Felicidad ajena, felicidad propia

Es la sensación de sentirse bien. Ser feliz, aún cuando la felicidad sea ajena, es la virtud de la nobleza. Sentirse arriba cuando el horizonte es apenas tenue, pero los horizontes de los demás son claros, hermosos, luminosos, es la sensación de salir del cuerpo para convertirse en todos, multiplicándonos por cien, por mil.
La felicidad se comparte con los nuestros, pero es mágica cuando nos toca la de los demás.
El reencuentro, el comienzo, la finalización de una etapa, todo implica una mezcla de sensaciones que hay que saber orientarlas. Es hermoso el reencuentro, son increíbles las lágrimas, las caricias, los abrazos. Es hermoso el comienzo, lo nuevo, lo extraordinario, lo inexplorable, los horizontes extendidos. Es mágico el final, lo pasado, el ayer, el viejo yo, el niño durmiendo al fin.
Cada día es felicidad, cada día es una nueva oportunidad. No hay que dejar que las lágrimas tapen la luz del día. El sol sale siempre y si no funciona hoy, vuelve a salir mañana.
Todos los días, un nuevo día. Todos los días para enamorarse, para sentirse libre, para comenzar de nuevo. Comenzar de nuevo, de eso se trata. Agacharse y reconstruirlo todo con viejas herramientas, con las nuestras, las que siempre estuvieron.
No cabe duda que vale la pena intentarlo, una vez que estamos felices todo es posible.
Una vez que nos sentimos libres, es el momento de comenzar.
Creando lo que alguna vez tuvimos, lo que siempre intentamos o lo que nunca soñamos.
Y saber que todos los días sale el sol.

1 comentario:

Juli dijo...

Cuanta razón Carli!! la felicidad ajena, de la gente q nos rodea, las personas q queremos, es tan importante como la propia.. al menos a mi me pasa eso.. Yo creo q uno no es feliz todo el tiempo.. q la felicidad no es un estado eterno.. uno es feliz a veces, y muchas veces no te das cuenta de q sos feliz.. q hay cosas q haces q te hacen feliz, personas en tu vida q te hacen feliz.. no se, esto de escribir no es lo mio definitivamente!! jjaja