domingo, 3 de enero de 2010

Fantasmas por todos lados

La sensación de miedo muchas veces proviene de nuestra incapacidad de poder controlar la situación.
Cuando uno habla de entes sobrenaturales, de apariciones extrañas, de sucesos extraordinarios, de fantasmas, siente la misma incertidumbre, el miedo absurdo a lo desconocido.
Pero hay algo seguro, hay fantasmas por todos lados. Y no solo de esos que llevan capas blancas y asustan a los chicos. Hay fantasmas que viven entre nosotros y nos atormentan con sus apariciones, previstas a veces, pero muy dañinas.
Muchas veces no queremos verlos más, sin embargo casi siempre los necesitamos. Somos como el lobo de las nieves, que chupa el cuchillo con sangre que deja el cazador, sin saber que luego de un ratito, la sangre que está lamiendo es la misma que desprende su lengua lastimada, pero el hambre es tan insoportable que el lobo hace caso omiso al dolor y sigue comiendo y, luego de un par de horas de torturas, muere finalmente desangrado.
No nos diferenciamos en nada al lobo, eso somos. El lobo sufre por el fantasma del hambre, nosotros por el de los recuerdos. Por los mismos recuerdos vivos.
Hay fantasmas por todos lados, tratemos de no convertirnos en uno. Mejor ser un espíritu.

5 comentarios:

Eli dijo...

Los recuerdos son la peor porquería que inventó la mente para esclavizarnos a momentos que ya no van a volver a ser. Aaah, me salió el despecho, pero es que en esos días en que uno necesita volver a nacer, reflotar, los recuerdos se convierten en esa piedra que te arrastra al fondo.

En cuanto al miedo, me pavoneo enorgulleciéndome de no asustarme de casi nada. Mi miedo, el mayor, único e inevitable, se refiere a la responsabilidad y todos sus derivados. La sensación no me proviene de la incapacidad de controlar una situación, sino del mismo hecho de tener que hacerlo y que las consecuencias que deriven de ello tengan un nombre y apellido. MI nombre y MI apellido.

Me siento plenamente identificada, cada vez que algún fantasma ataca, llámese RECUERDO o llámese MIEDO, mi cabeza es una sola batalla en la cual nadie gana pero siempre pierdo yo. Lo único que logro es estancarme y cuando caigo en esa rutina tediosa que no soporto, no puedo reprochar nada más que mi propia inercia para cambiarla.

Son refugios a dónde uno puede escaparse pero donde no se puede vivir por siempre, mejor no arriesgarse.

(Mi humilde opinión Carli, jaja, firmé también una de febrero que me llegó bastante el tema: "Y.. Jueves..")

Ya que me invitaste, ojalá te guste. ;)

Protección en Radiaciones dijo...

¡Hermoso el comentario!
Acertado y real. La responsabilidad es un miedo inherente, pero es la oportunidad de decirle al universo: Acá estoy, viva, eligiendo, equivocándome.
Al igual que todos, más de una vez tomé la decisión que muchos juzgaron como equivocada. Es más, una reciente me hizo perderlo todo. TODO.
Sin embargo, mirando hacia atrás, veo la claridad de la situación y el inevitable desenlace.
Como todo, hay recuerdos que reconfortan, que dañan, que traen fantasmas, que nos llevan la vida. Lamentablemente los recuerdos son nada. No pesan, solo existen en nosotros y a veces, los perdemos opacándolos con nuevos.
No se puede cambiar el pasado, el futuro tampoco ya que todavía no es. Solo queda vivir el hoy de la mejor manera posible.
Gracias por el comentario!

Anónimo dijo...

Los recuerdos como un cuchillo tiene filo de un solo lado. Si el lobo pasa la lengua por el lado que tiene filo lame su sangre. Si por el contrario lamiera siempre del otro lado tendria una sensacion placentera que calma el hambre, no indefinidamente, pero peor hubiera sido nada.

Los recuerdo ademas de ser fantasmas que nos persiguen son fantasmas que formaron nuestro caracter y nuestra visión del mundo. De ese mundo lleno de responsabilidades que no todos quieren cargar, ese mundo que nos pide decisiones a cada momento. Pero acertadas o no esas decisiones nos vienen simpre a la mente como recuerdos. Y por lo menos a mi me atormentan con ...Y QUE HUBIERA PASADO SI HUBIERA HECHO.... Pero eso no tiene respuesta y es por eso que nos atormenta. Porque no tenemos certeza que esa decisión nos hubiera llevado a el futuro que nosotros queríamos.

Cuanto tiempo usamos para mirar los recuerdos como si fueran películas ¿no?. ¿Por que será? ¿Será para aceptar las situaciones y seguir adelante?

Un abrazo charles

Andrés

El profe dijo...

Andrés, muy lindo lo que escribiste.
Es verdad, ¿Cuánto tiempo gastamos en repasar los recuerdos?¿Cuánto invertimos para poder interpretar de alguna forma que no fue, lo que alguna vez pasó?¿Porque nos esforzamos en saber que hubiera pasado si la historia fuera diferente?
A veces me canso, a veces me gustaría no tener memoria.

Juli dijo...

Andrés cuanto me identifico con: "qué hubiera pasado si..." y como dijiste eso no tiene respuesta. Hay q pensar, o mejor dicho, yo elijo pensar q las cosas q pasaron no las podemos cambiar, ya está. Queda mirar para adelante, aunq muchas veces cuesta mucho, hay fantasmas q son difíciles de "exorcisar", sobretodo los q no se quieren ir..