miércoles, 13 de enero de 2010

La historia que alguna vez escribí. Parte 1

Cuenta la leyenda que el 4 de ....de 19.., un pimpollo de rosa nació. Algunos dicen que era una noche muy fría, otros aseguran que la noche no era fría, sino que el calor que necesitó ese pimpollo para brotar fue tan intenso que el vapor que salía de las bocas de los transeúntes creaba un rocío que parecía el suspiro de mil ángeles.

Resulta que pocos pudieron notarlo, pero ese pimpollo no se parecía en nada a las demás rosas blancas que embelesaban la majestuosa planta. No, era un pimpollo diferente. El olor que emanaba era tan dulce que podría haber confundido a la abeja más decidida. El brillo incandescente, continuo de noche y de día, simulaba un sol naciente, de la tierra, de donde brotan todas las cosas del universo.

Pero esa rosa no pertenecía a la nobleza; gente principada que se siente dueña de todo. No. Aunque un castillo para ella sola le habría quedado chico. Esa rosa era del pueblo, de todos los seres que pudieran apreciarla, de todos los espíritus perdidos que necesitaran una guía. Sin embargo, esa rosa tampoco podía ser del pueblo, ella misma no podría tener dueño. El brillo intenso, el olor empalagante, el candor perpetuo, simplemente eran mucho para una sola persona o para el mundo mismo. La magia del universo nunca puede, ni debe, tener dueño. Al igual que los suspiros no tienen dueño y las lágrimas perdidas tampoco.

A medida que pasaba el tiempo, más y más se diferenciaba de las demás hermosas rosas blancas. Los más observadores aseguraban que tomaba la forma de un ser humano, con su gracia y sus gestos tan particulares. Otros aseguraban que era la forma de Dios en la tierra... Aunque nadie, ni por más cautivado que se encontrara por semejante belleza se animó a cortarla y hacerse dueño.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Esta me gustó mucho aparte de intrigarme demasiado. Algún día me dirás o tendré q descifrar quien es la rosa. ¡De todos modos felicitaciones! muchas de ellas para vos!

Anónimo dijo...

Esta me gustó mucho aparte de intrigarme demasiado. Algún día me dirás o tendré q descifrar quien es la rosa. ¡De todos modos felicitaciones! muchas de ellas para vos!

El profe dijo...

Jaja, la rosa...
Tal vez nunca existió.
Pero no creo, todavía la veo. Contra mi voluntad, claro. Y cada vez es más blanca y más bonita. Pura, diría yo.