sábado, 6 de marzo de 2010

La insoportablemente triste comodidad de la rutina

Levantarse, cambiarse (con sueño, lo que nos lleva a pensar en la siesta), desayunar algo rápido, trabajar, volver, comer, acostarse (pocas veces), levantarse, gym, volver, bañarse, comer algo, pensar en acostarse, (a veces, pero solo a veces, o casi siempre, es lo mismo: un poco de sexo) y volver a dormir como si nada hubiera pasado, para poder levantarnos de nuevo al día siguiente.
Esa triste y simple secuencia de sucesos es la que marca la rutinaria conducta de la mayoría de los seres humanos.
Lo curioso de ello es que cuando uno le consulta sobre la felicidad, dicen que está a pleno, la disfrutan al máximo. Aunque tal vez, nunca supieron de que se trata (casi podría asegurarlo).
Creo que la felicidad no es la rutina, no es levantarse todos los días para ir a trabajar para poder ganar el peso necesario para comprar las zapatillas necesarias para poder ir a trabajar. Y como ese ciclo, podemos repetirlo y multiplicarlo por mil. O trabajar horas extras para poder ganar el dinero suficiente para irnos de vacaciones con el objeto de descansar y recuperarnos de la cantidad de horas extras que trabajamos.
Es una ironía estúpida, a la cual estamos sometidos la mayoría de los seres humanos, que creemos en un sistema que nunca creamos pero en el cual estamos inmersos y, lamentablemente, ahora somos parte y, a veces, hasta piezas necesarias para que el mismo siga funcionando.
Las personas se resignan a la rutina porque creen que es el único camino. Mis ancestros lo hicieron así, mis padres lo hacen así y seguramente mis hijos lo van a hacer. Entonces, ¿por qué yo no?.
La respuesta es simple, porque la conducta repetitiva y ancestral, no siempre es la correcta. Y mis padres y predecesores, poco consideraban y tenían en cuenta el paso del tiempo.
Si muchos años atrás se asesinaban bebés en nombre de Dios, pocos años atrás todo el mundo manifestaba su creencia religiosa asistiendo a ceremonias y hoy yo no comparto ninguna idea teológica, lo que significa que las prácticas de vida están cambiando, ¿por qué debemos continuar con la estúpida y desgastante rutina del trabajo por necesidad?.
Cuando nos levantemos mañana, pocos vamos a considerar que lo que pasó entre hoy y mañana, fue un día, es decir 24 irrecuperables horas.
Mañana nos quedará un día menos de vida, mañana será un día mágico, único, el último que vivamos hasta pasado mañana. Tristemente para muchos, solo será un nuevo día de trabajo y rutina.

2 comentarios:

Princesa :) dijo...

De verdad que suena un poco triste el hecho de que para la gran mayoría de las personas (debo incluirme porque muchas veces me pasa) cada nuevo dia es solo otro dia, se espera sin ninguna expectativa, se va sin dejar nostalgia, no produce sensaciones diferentes porque sencillamente no es diferente..pero, dejamos que se convierta nuestra vida en una sucesión monotona de días en un circulo vicioso de hacer o no hacer solo por nuestra propia pereza, porque nos falta el animo para abandonar la rutina, esa que no has podido describir mejor: triste, insoportable y comoda, y porque esforzarse en cambiar algo si estamos comodos con ello..somos facilistas por comodidad..para que cambiar la rutina si ello implica un gasto adicional de energia, es mejor dejarlo asi...para que nadar contra la corriente (aun cuando puedas obtener mayor satisfacción) si puedes simplemente dejarte llevar por ella..va en nuestra naturaleza..pero debo admitir que es realmente agradable marcar la diferencia...ocasionalmente lo hago y recomiendo hacerlo aunque sea de vez en cuando..según mi humilde opinión es saludable :p

El profe dijo...

Un comentario hermoso, que no me deja espacio para agregar nada. ¡Bello!
Saludos.