martes, 28 de agosto de 2007

Ya no se que mas escribir...

Hola gente, imagino que hace un tiempo que deben estar preguntandose que pasó conmigo. Para que se queden tranquilos, les informo: No! no tuve ningún accidente. No! no me secuestraron los extraterrestres y me llevaron a un planeta extraño y lejano para hacer algunas investigaciones conmigo. No! no me gané los 20 millones del Quini y estuve todo este tiempo pensando en que gastar esa guita y por lo tanto no pude escribir nada. No! No! y No!. Solamente me cansé de escribir y no tengo ningún tema importantisimo como los anteriores para aportar con algo. Pero bueno, ya que estoy escribiendo, escribo... La carta que viene no es de mi autoría (como las últimas 15 mas o menos), es un mail que me mandaron y yo me tomé el atrevimiento de retocar un poco.
Si uno va a analizar el texto, es importante notar que es solo una carta para que reflexionemos un poco, pero dudo que vaya a cambiar la forma de pensar del lector. Sin embargo, como desafío, les propongo que evalúen sus comportamientos y los comparen con las cosas que dice la carta. Haber si algo lindo sale...

El problema está en nosotros, nosotros como PUEBLO, nosotros como materia prima de un País.
Porque pertenecemos a un país donde la “VIVEZA CRIOLLA" es moneda valorada tanto o más que el dólar.
Un país donde hacerse rico de la noche a la mañana es una virtud más apreciada que formar una familia a largo plazo, basada en valores morales y respeto por los demás.

Pertenecemos a un país donde, lamentablemente, los periódicos jamás podrán venderse como se venden en otros países, es decir, poniendo unas cajitas en las aceras donde uno paga por un solo periódico Y SACA UN SOLO PERIÓDICO DEJANDO LOS DEMÁS DONDE ESTÁN.
Pertenecemos un país donde los lugares de trabajo son, entre otras cosas, las papelerías particulares de sus empleados deshonestos que llevan a su casa, como propias, hojas de papel, lapiceras, bolígrafos, lápices, marcadores y todo lo que pueda hacer falta para la tarea de sus hijos.

Pertenecemos a un país donde la gente se siente triunfante si consigue colgarse del cable del vecino y donde la gente “inventa’’ a la hora de llenar sus declaraciones, para pagar menos impuestos, o directamente para no pagarlos.

Pertenecemos a un país donde la impuntualidad es un hábito, donde los directivos de las empresas no generan capital humano, donde las personas tiran basura en las calles y luego reclaman al gobierno porque las calles están sucias o se tapan las alcantarillas, donde no existe la cultura por la lectura y donde no hay conciencia ni memoria política, histórica o económica.
Donde nuestros congresistas trabajan dos días al año (y cobran todos los demás como altos ejecutivos) para aprobar una reforma fiscal al vapor, que lo único que hace es hundir al que no tiene, joder al que tiene poco y beneficiar sólo a unos pocos.

Pertenecemos a un país donde las licencias de conducir y los certificados médicos se pueden "comprar", sin hacer ningún examen.
Un país donde puede subir una persona de edad avanzada, una mujer con un niño en brazos, o algún minusválido y la persona que viene sentada en el asiento especial para estas personas se hace la dormida para no dárselo y si alguien le reclama se levantará pero para dar un golpe o decir una mala palabra.

Un país en el cual la prioridad de paso es para el automovilista y no para el peatón. Un país donde su gente está llena de faltas, a las que ignora, pero que disfruta criticando a sus gobernantes.

Mientras más le diga rata a algún político, mejor soy yo como persona, pese a que apenas ayer me consiguieron todas las preguntas del examen de matemáticas de mañana.


Ya basta!

Como “Materia Prima” para un país serio, tenemos muchas cosas buenas, pero nos falta muchísimo para ser los hombres y mujeres que nuestro País realmente necesita.

Esos defectos, esa alardeada “VIVEZA CRIOLLA" congénita, esa deshonestidad en pequeña escala que después crece y evoluciona hasta convertirse en casos de escándalo, esa falta de calidad humana, es lo que nos tiene real y francamente mal.

Aquí hace falta otra cosa, algo más que “cacerolazos” o “cuetazos”. Y mientras esa "otra cosa" no empiece a surgir desde abajo hacia arriba, o desde arriba hacia abajo, o del centro para los lados, o como quieran, seguiremos igualmente condenados, igualmente estancados... igualmente sumergidos!!!

Es muy bueno ser Argentino. Pero cuando esa Argentinidad autóctona empieza a hacerle daño a nuestras posibilidades de desarrollo como Nación, ahí la cosa cambia...

No esperemos encenderle una velita a todos los Santos, a ver si nos manda un Mesías. Nosotros tenemos que cambiar, un gobierno diferente, con los mismos Argentinos, no podrá hacer nada.

Está muy claro... Somos nosotros los que tenemos que cambiar!

2 comentarios:

Cecilia dijo...

Que no cunda el panico! Ya algo va a salir para que escribas!!!


Te dejo un beso bien grande!!!

Anónimo dijo...

q linda q esta cecilia !!