sábado, 28 de noviembre de 2009

Una serie de eventos desafortunados

Él se levantó esa mañana estando completamente seguro de lo que iba a hacer. Lo soñó muchas veces, lo ideó en los ratos libres, lo sabía desde hacía mucho tiempo. Sabía también que no iba a ser fácil, la interrupción del mundo no es sencilla, menos para uno y mucho menos para los demás. Pero también sabía que solo somos polvo y arena, polvo y nada más. La vida existió mucho antes que nosotros y el mundo no va detenerse por nuestra ausencia.
El miedo lo paralizaba y le hacía dudar. Era más fácil seguir fingiendo que hacerse cargo de su vida. Sabía también que nadie le obligó a elegir esa vida, de eso estaba seguro, sin embargo ya no la quería. Era cosa del pasado, aunque todavía fuera suya. No podía nutrirse de recuerdos agradables ni de lo que podría haber sido. Es lo que siempre fue y si no, es lo que es.
Al menos hoy estaba seguro. No sabía que iba a acontecer mañana, pero ya no le importaba.
Tomó aliento y se dirigió hacia ella, hacia la mejor persona que existía sobre la tierra. La miró de frente y pudo contemplar su magnificencia. El Dios en la tierra, Dios en una persona. Todo estaba ahí, pero él sabía que ya no lo quería, el sueño de libertad era mayor.
Lamentablemente Dios era suyo también, ella era de él y él también de ella.
La miró firme y le dijo que se iba, que la vida ya no era vida, que los sueños no existían y que el amor, esa antorcha eterna en los enamorados, ya no tenía poder para calentar el alma.
Sin embargo, ella ya lo sabía. La correspondencia era mutua. Dos personas contra el mundo, aunque una de ellas fuera Dios, son solo dos. Y si el tiempo se encapricha, esos dos pasan a ser uno. Y ese uno sabe, igual que un niño, cuando se termina el sueño, cuando es hora de despertar.

En ese momento, las palabras sobraban. Él estaba seguro de que ella no lo oía. Estaba perdida aceptando lo que ambos sabían desde mucho tiempo atrás.
A él no le cayó ni una lágrima, pero el alma le tembló y el corazón se le detuvo, por un breve instante, pero se le detuvo al fin.
Cuando ella le dio la espalda, él trató de consolarla tocándole el hombro. Ella se apartó en un rápido y breve movimiento. Fue entonces cuando él se dio cuenta de que esos hombros ya no eran suyos, esa figura ya no le pertenecía, esos pechos ya no le correspondían.
Y ya había cruzado la barrera, el punto entre la costa y el infinito. La zona sin retorno.
Y ahí comprendió, no sin pesar, que el refugio cálido del cuerpo de ella, la mirada brillante y las palabras dulces que a veces le regalaba ya no serían suyas nunca más...

jueves, 19 de noviembre de 2009

Es como sentirse libre

¿Cuál es el sabor de la libertad? ¿Qué es ser libre?
Según el diccionario, es la facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos.
Creo que la clave está en la palabra responsable. Responsable de sus actos.
¿De verdad que cuando hay una responsabilidad de por medio nos sentimos libres?
Creo que la libertad es la capacidad de elegir, todos los días, cada hora, cada segundo, lo que uno desea hacer. Lo que de verdad deseamos. ¿Nos convence lo que hacemos?¿Nos agrada lo que somos?¿Estamos conformes con la persona en la que nos convertimos?¿Nos hacemos responsables de nuestros actos, de nuestras decisiones, de la virtud de ser libres?
Poder respirar todos los días el aire de la vida y gritar que vale la pena vivir, que nos sentimos felices, que somos la persona que soñamos ser...
Sin embargo creo que nunca somos quien deseamos ser, ni estamos conformes con quienes nos rodean, ni con nuestros amigos ni enemigos, ni con las personas que amamos ni con las que nos rompieron el corazón alguna vez.
Hay que tener en cuenta que la libertad no es solo nuestra, sino de todo el mundo. No nos pertenece, ya que es un beneficio que nos ganamos y tenemos que cuidar.
La libertad es el sueño de los presos, el deseo de los esclavos, la añoranza de los maridos, la curiosidad de los niños, la responsabilidad de los gobernantes, el temor de las mujeres adultas...
Nos creemos libres cuando nos sentimos vivos, y en ese momento es cuando nos olvidamos del privilegio de nuestra libertad y de la de los demás. Y es en ese momento cuando dejamos de ser responsables y es en ese momento cuando caminamos al borde del abismo, sin darnos cuenta de que, a veces, el abismo es más profundo de lo que parece.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Un boomerang

Dicen que la vida es un boomerang. Creo que significa que todo lo que va, vuelve alguna vez.
Yo no estoy tan seguro de eso. Hay cosas que van y vienen, otras que van solamente y otras que únicamente vienen. La vida se va, el tiempo se va, los días vienen (aunque en general también se van), el amor va y viene (más va que viene, pero para ir, primero tuvo que venir, ¿no?), el mal que hacemos siempre vuelve, siempre. Lo bueno a veces también, y eso hace que todo valga la pena.
¿Cuánto tiempo demora en volver lo lindo que pasó? ¿Cuánto tiempo le toma a la vida darse cuenta?¿Cuánto tenemos que esperar ese bendito: SI?. Ahh, es difícil manejarlo todo. Y a veces, cuando el control es nuestro, nos aburrimos y deseamos con el alma dejarlo libre.
Podemos controlar la ida, pero nos vuelve locos la vuelta. El tiempo, ese que no vuelve, es el que nos condena a la espera. ¿Qué esperamos? Dicen que esperamos que el tiempo pase. Jajaja. Eso no tiene ningún sentido, ni de una ni de otra forma. Lo que en verdad esperamos es que los acontecimientos sucedan, que las cosas pasen, no el tiempo. La vida se mide en sucesos, en eventos, en esos momentos que nos dejan sin aliento, en los que un segundo se hace eterno, no en años ni décadas.
Hay algunos que vivieron mucho, que la vida les devolvió lo que dieron. Hay otros que no tuvieron tiempo, ya que un arrebato del destino los dejó sin esencia, sin vida.
También estamos los otros, los que no nos quedamos quietos esperando que las cosas sucedan, a los que el tiempo no nos intimida, pero si nos mantiene alerta. Estamos y estaremos. Esperamos que la vida nos devuelva la sonrisa y mientras tanto, le seguimos regalando una...

jueves, 5 de noviembre de 2009

Como para subir algo

Algunas fotos curiosas que me gustaron mucho. Ja.